Llamado a la liberación de un periodista independiente que puede ser condenado por “desacato”
REPORTEROS SIN FRONTERAS
Desde que Raúl Castro ascendió a la presidencia, en 2006, aunque no ha cesado la represión contra los disidentes, a menudo ésta se ha traducido en detenciones breves. Por desgracia, la detención del corresponsal de la agencia Hablemos Press, Calixto Ramón Martínez Arias, podría ser la excepción que confirma la regla y recordar la triste época de los largos encarcelamientos. Arrestado por la policía el 16 de septiembre de 2012 y detenido desde entonces, el periodista independiente corre el riesgo de ser condenado a tres años de prisión por “desacato” a las figuras de Fidel y Raúl Castro.
“Cuando Calixto Ramón Martínez fue detenido, investigaba la pérdida de un cargamento de medicamentos y equipos médicos, por mal almacenamiento, en el aeropuerto. Poco antes había alertado sobre un brote de cólera y dengue, que después fue reconocido por las mismas autoridades. ¿La investigación que desarrollaba o sus anteriores revelaciones, en qué podrían constituir un “desacato” a las figuras de los dirigentes? Esta acusación es completamente absurda; también es totalmente inútil el método de usar este caso como ejemplo. Manifiestamente, este debate hace falta en los medios de comunicación oficiales; uno de sus periodistas aún se encuentra detenido, mientras que otros han elegido el camino del exilio”, subrayó Reporteros sin Fronteras.
“Pugnamos porque Calixto Ramón Martínez Arias sea puesto en libertad de forma inmediata. Según los pactos sobre Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas que las autoridades cubanas firmaron en 2008 –pero que aún no han ratificado–, en el país debería existir el derecho de informar y la sociedad civil debería contar con el de cuestionar. Los otros países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ¿recordarán al gobierno cubano este principio?”, se pregunta la organización.
El 21 de septiembre el director de Hablemos Press, Roberto de Jesús Guerra Pérez, intentó, infructuosamente, que le permitieran visitar a su colega, arrestado cinco días antes cerca del aeropuerto internacional José Martí. Los periodistas disidentes que acudieron al lugar obtuvieron como única respuesta amenazas de arresto y algunos de ellos incluso fueron detenidos por un breve lapso. Según las últimas noticias, el 20 de septiembre Calixto Ramón Martínez fue trasladado al hospital Enrique Cabrera para recibir atención médica por los golpes que había recibido en el ojo izquierdo.
Originario de Camagüey, Calixto Ramón Martínez sufre un verdadero encarnizamiento de las autoridades, que persisten en enviarlo a su ciudad de origen, cuando él vive y trabaja en La Habana. En dos años, el periodista ha sido expulsado diez veces a Camagüey (http://es.rsf.org/cuba-un-corresponsal-de-hablemos-press-15-05-2012,42622.html), en menosprecio de la reducción de la severidad de la ley de “migración interna”, adoptada a finales del año 2011, que antes limitaba la posibilidad de que las personas de provincia se mudaran a La Habana. Se trata del tercer periodista de Hablemos Press arrestado y detenido en este mes de septiembre.
Pérdidas oficiales
El día del arresto de Calixto Ramón Martínez, la jefa de edición del diario oficial Granma, Mairelys Cuevas Gómez, aprovechó un viaje de trabajo a México para refugiarse en Estados Unidos y pedir asilo. Un mes antes, el 15 de agosto, cuando acababan de finalizar los Juegos Olímpicos en Londres, Luis López Viera, jefe de la Redacción Deportiva de Juventud Rebelde, otro diario del Estado, hizo lo mismo ante los servicios de inmigración británicos. Manteniéndose informada sobre su situación, la organización Reporteros sin Fronteras desearía conocer la reacción de las autoridades cubanas frente a los exilios de periodistas que eran sus empleados, así como saber más sobre la suerte de José Antonio Torres, otro periodista de la prensa del Estado, encarcelado desde hace más de un año y acusado, sin mayor precisión, de “espionaje” (http://es.rsf.org/cuba-el-premio-sajarov-guillermo-25-07-2012,43101.html).
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Mes: septiembre 2012
LAS INCONGRUENCIA DE CASTRESANA
Durante siglos la división entre lo público y lo privado ha servido para mantener el honor masculino, y dejar en mayor vulnerabilidad a las mujeres.
Por Lucía Lagunes
Ciudad de México.- Todavía se cree que lo que ocurre detrás de las puertas de la casa o lo que ocurre entre las parejas y en la vida privada es un asunto que no es de interés público, máxime cuando el agresor es un hombre con poder y “reconocimiento” público.
Durante siglos la división entre lo público y lo privado ha servido para mantener el honor masculino, y dejar en mayor vulnerabilidad a las mujeres.
A un hombre que participa en la política, la academia, el sistema de justicia, la cultura o en la economía, no se le cuestiona si es o no buen padre, si cumple son sus obligaciones económicas, si respeta o no a su compañera y descendencia; eso no está en la línea de valores públicos que debe cumplir, muy contrario a lo que ocurre con las mujeres.
Lo que debe cuidar él es aparentar en público que es una buena persona aunque en su vida privada atente contra los derechos de quienes le rodean. Es así que los hombres han hecho de su doble moral un camino para la impunidad.
Sin embargo, este orden social tiene ya una fractura que hoy está dejando ver la magnitud de esa doble moral masculina.
Durante años la frase feminista “lo personal es político” se acuñó desde un sentido: visibilizar en la vida pública el horror que viven las mujeres en el ámbito privado, primer paso en el que hay bastante avance.
Ahora estamos frente al segundo sentido de la frase: el actuar personal, las creencias y la actuación privada es una medición inequívoca de su actuar político. Valorar la coherencia de su dicho en la práctica.
Un hombre, públicamente defiende los Derechos Humanos, logra prestigio académico por investigar la violencia contra las mujeres, pero que es violento en la vida cotidiana con quienes viven con él, con el personal que colabora con él, no puede mantenerse en el escenario público atentando contra lo que él pregona en público.
Esta fractura es casi un ojo de alfiler que es necesario ensanchar. Por ese pequeña abertura han logrado pasar el caso del hijo de Diego Fernández de Cevallos, del cual después del escándalo de la agresión contra su esposa e hijos poco se sabe.
La denuncia pública de la ex esposa del consejero electoral Sergio García Ramírez, ante la violencia que ejerce contra su familia y sus allegados cercanos e ira irracional, y ahora, el señor Carlos Castresana Fernández, fiscal del Tribunal Supremo de España.
En el caso de este último, la doble moral masculina llega hasta las esferas más altas del poder, en las estructuras más altas del Estado, para proponerlo a que investigue los casos de feminicidio en Campo Algodonero, Ciudad Juárez.
Si sólo se valora la experiencia profesional y académica de Castresana suena lógico que la idea del Estado sea contratarlo, pero si a esa experiencia académica se le cruza la coherencia personal, la propuesta se derrumba al atentar contra lo que se quiere investigar.
Un hombre que intimida, utiliza su poder para atentar contra su ex compañera, no puede ser el mismo que investigue la verdad en un caso de violencia feminicida, porque no cuenta con la calidad moral para ello, y porque la violencia contra las mujeres es un delito y quien delinque no puede ser el mismo que investigue a otros delincuentes.
Es como poner a un ladrón, asesino o torturador a investigar homicidios, asaltos y defender los Derechos Humanos.